El contenido de la Ley cubre los siguientes rubros de interés: metas y obligaciones; funciones de las autoridades e instrumentos de planeación; financiamiento e inversión; certificados de energías limpias; investigación científica, innovación y desarrollo tecnológico; desarrollo industrial, e información energética.
También cubre rubros como transparencia, vigilancia y sanciones, los cuales son importantes para la implementación de la misma Ley.
La Ley establece metas y obligaciones para las áreas de energías limpias y eficiencia energética.
Los actores que deberán generar los reglamentos, programas y demás lineamientos que detallen las acciones e instrumentos para asegurar la correcta operación del sistema en estas áreas son, principalmente, la Secretaría de Energía (SENER), la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) y la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía
En los transitorios de la Ley se mantienen las metas establecidas en leyes anteriores sobre el porcentaje de energías limpias en la generación eléctrica: 25% en 2018. La ley identifica las entidades que ejercerán a nombre del Ejecutivo Federal las facultades conferidas en ella, como las mencionadas en el párrafo anterior.
Se mencionan asimismo las funciones que deberán realizar.
Se establecen tres instrumentos de planeación: la Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios, el Programa Especial de la Transición Energética y el Programa Nacional para el Aprovechamiento Sustentable de la Energía (Pronase). Adicionalmente, se presenta un Programa de Redes Eléctricas Inteligentes.
Los beneficios de la Ley de Transición Energética
La Estrategia tendrá dos horizontes, uno a 15 años y otro a 30, y es “el instrumento rector de la política nacional en materia de energías limpias, aprovechamiento sustentable de la energía y mejora en la productividad energética […]”.
Los programas están orientados a realizar las acciones de manera que se satisfagan las metas identificadas en la Estrategia.
El Programa Especial de la Transición Energética tiene por objetivo “instrumentar las acciones establecidas en la Estrategia para la Administración Pública Federal”.
El Pronase cubre el periodo 2014-2018 y se enfoca en el tema de eficiencia energética y conservación de energía.
El Programa de Redes Eléctricas Inteligentes
Si bien no se mienta en el rubro de planificación, tiene por objetivo apoyar la modernización de la Red Nacional de Transmisión y las Redes Generales de Distribución.
Las ventajas de la transición energética en México. Usando las energías limpias, el gobierno de México tiene la oportunidad de diseñar una política energética integral e inclusiva que sume a los diferentes ejes del Programa Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, como son el bienestar, el desarrollo económico, la inclusión y el desarrollo sustentable. Además, encaminaría al país hacia la descarbonización de su economía y contribuiría a contrarrestar los efectos negativos del cambio climático.
Conforme el Estudio de Energías Limpias en México 2018-2032 del Consejo Organizador Empresarial (CCE), publicado en septiembre del año pasado, con las políticas y acciones convenientes (más allá de las identificadas en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional) podrían crearse doscientos cincuenta y siete mil nuevos empleos, aportar 34 mil millones de dólares americanos al Producto Interno Salvaje (PIB) y una inversión amontonada -entre 2018 y 2024- equivalente a cuarenta mil millones de dólares, todo si se impulsa la generación del 35 por ciento de la electricidad mediante las energías limpias. De ser así, para 2024 se conseguiría una mitigación de cuarenta y nueve Mt CO2 eq, con lo cual se cumpliría con la meta de reducir emisiones en un 22% cara a 2030.
Conforme al mismo estudio, en 2017 las energías limpias representaron el 11 por ciento de la capacidad total del país y generaron el ocho por cien de toda la energía producida en México. En el Boletín de Energías Limpias, publicado por la Secretaria de Energía, al cierre del primer semestre de 2018 se apunta que la generación de este tipo de energías alcanzó un 24.12 por ciento de participación y representó el 31.45 por cien de la capacidad instalada.
¿Cuáles serían los co-beneficios de la transición energética en México?
La inclusión de las energías limpias en la planificación energética nacional puede ser el eje que impulse un nivel de bienestar para la sociedad, en lugar de sencillamente cubrir las necesidades de la demanda.
La democratización de la energía a través de mecanismos como la generación distribuida, no solo crearía empleos a nivel local, también acrecentaría la resiliencia de las comunidades frente al cambio climático y los fenómenos naturales, al descentralizar la generación de energía. La penetración de la energía limpia a gran escala garantizaría la soberanía y la autosuficiencia energética, pues no precisa ser importada -en contraste al lignito y el gas natural-, además de que generaría ahorros en el largo plazo, puesto que no necesitaríamos continuar comprando comburentes para la generación de energía. Código de Red es un aliado de la transición energética.
¿Podrían maximizarse los co-beneficios sociales de la transición energética?
Hasta el primer semestre de 2018, por poner un ejemplo, se habían instalado cinco con quinientos ochenta y uno MW (1,414 MW de solar y cuatro con ciento sesenta y siete de eólica). Y no se pone en duda el co-beneficio ambiental en lo que se refiere a la reducción de gases de efecto invernadero (GEI), ni el económico en cuanto a la inversión, pero el co-beneficio social no ha sido medido ni impulsado con exactamente el mismo empeño.
En general los sacrificios se han limitado a consideraciones económicas y tecnológicas, sin impulsar suficientemente esquemas de planeación o bien gobernanza más amplios, democráticos y orientados a la sociedad.
A pesar de que los proyectos de energías limpias, como paneles solares para industria, energía eólica y energía solar se han multiplicado, para aumentar al máximo sus beneficios es indispensable precisar las bases y los términos para la participación justa de las comunidades locales, como los esquemas de trasferencia de beneficios sociales a las comunidades.